¿Quiere hacer una mesa con nervaduras fosforescentes incrustadas?
La operación es muy fácil, se hace rápidamente, y sobre una amplia variedad de soportes:
1/ Preparación:
Partir de un soporte fuerte, limpio, sin polvo y lijado.
El lijado es el elemento principal, sea cual sea el material sobre el que se vaya a trabajar, para asegurar que las resinas se adhieran bien.
2/ Conseguir pigmentos fotoluminiscentes.
Estos polvos se caracterizan porque brillan en la oscuridad.
Existen de diferentes calidades y colores:
¡No todos los colores tienen la misma intensidad de brillo! Hay que dar un mayor privilegio a los colores más fuertes como el verde o el verde/azul.
¡Cuidado con la calidad! Evite conseguir pigmentos fotoluminiscentes muy baratos, ya que su brillo dura poco tiempo.
Los mejores pigmentos fotoluminiscentes están en pinturafosforescente.es (¡algunos de sus pigmentos brillan hasta más de 3 días!)
3/ Conseguir una argamasa
Hay que utilizar una materia transparente, capaz de dejar entrar y salir la luz,
esta puede ser de silicona, resina, argamasa, barniz…
También se puede utilizar una versión disolvente o a base de agua.
(la empresa Arco Iris propone pigmentos fotoluminiscentes impermeables y compatibles con las resinas de agua)
¡Es importante elegir una resina espesa, viscosa y de secado rápido!
4/ La mezcla
Se hace muy fácil: como en una pastelería, añadimos los polvos en la resina, luego removemos hasta que obtengamos una dispersión perfecta.
Una vez mezclados, los pigmentos fosforescentes se protegen y pueden funcionar durante decenas de años.
5/ La mesa fosforescente
Esta es la etapa final, que consiste en rellenar las nervaduras con la resina fosforescente, vertiendo y frotando la materia gracias a un rascador.
Después de una exposición al sol, veremos que la mesa fosforescente está totalmente cargada de energía luminosa, así dispondremos de la fotoluminiscencia durante toda una noche entera.
¡Ya los hemos probado!
Deja una respuesta